Los maestros, están en el centro de la vida de sus alumnos; sus enseñanzas, su forma de existencia, las relaciones que establecían, fueron un referente que invariablemente brota siempre para bien
La verdadera transformación y crecimiento para nuestro país sólo se dará construyendo un presente más alegre y propositivo. Ese futuro está en nuestras manos, ejerzamos el voto, dignifiquemos la política con decisiones palpables y resonantes
Deberíamos revindicar la calle como patrimonio de la infancia. Debemos priorizar los derechos del niño: participación, supervivencia, juego, no discriminación. Eso ayudará a que el futuro sea siempre esperanzador.
El libro es el atesoramiento de una reflexión, de una pregunta que aparece como un flechazo de luz. Es también un vigilante activo de las cosas que realiza el hombre, de sus sueños, de sus aspiraciones
Después de vacunarnos el tiempo se aligera, caminamos por senderos de colores y saludos fraternos, esa es la nueva forma. ¿Qué sigue después de la esperanza?