Pero, con todo el desmadre que se está armando, decir que el único objetivo es acercar al judicial al pueblo, sin contar con la esperanza de una mejora de la justicia en México es, insisto, cuando menos escandaloso.
Así, con la toma de protesta de Donald Trump termina el año en que las bases del nuevo mundo, en el que nos tocará vivir, donde tendremos que construir un futuro para las generaciones que vienen, quedan asentadas para las próximas décadas.
...Otra vez, un presidente, ahora una Presidenta – para no ofender – nos intenta vender la construcción de un México promisorio a partir de decretos, reformas, propaganda y vítores. No a partir de política pública de largo plazo, económicamente pragmática (no ideologizada), aterrizada a la sociedad y que atienda las causas
La Presidenta, sin embargo, no parece tener otro diagnóstico ni reconocer otra estrategia: sustenta con orgullo y convencimiento la retórica heredada y la medicina recetada. Sigue intentando atender las causas con paliativos y placebos, inclusive con medicina contra indicadas. Aun cuando la evidencia muestra que el tratamiento empeora la condición del paciente.
La desmesura e incapacidad de mantener la disputa dentro de causes cordiales que demostraron hasta que la Presidenta les jalara las orejas, evidencia qué tan grave es la crisis: lo profundo es la escasez de recursos y la intensidad del dolor que sienten