Teuchitlán se situó como la mayor crisis política interna en lo que va del sexenio, ante la cual se pusieron en evidencia las limitaciones de acción de la Presidenta Sheinbaum para enfrentar las herencias negras de su tutor, un desafío diario para su gestión
El segundo camino es la prevención. La educación es la herramienta más poderosa que tenemos para proteger a nuestros jóvenes de las garras del crimen organizado. Necesitamos concienciar sobre los peligros que acechan a nuestros hijos en forma de ofertas laborales engañosas. Las familias deben estar preparadas para educar a sus hijos sobre los riesgos existentes y las señales de alerta.
Las imágenes del campo de entrenamiento y exterminio en Jalisco refuerzan la necesidad de, ante una coyuntura llena de retos, cambiar el modo Lopezobradorista de polarización, desdeño y corrupción, por el consenso, la consideración y el autocontrol en la construcción de un México próspero y seguro para todos.
Unas fotos, con zapatos, ropas y enseres personales que localizaron buscadoras en Teuchitlán, Jalisco, hicieron rememorar el horror de los campos de exterminio nazi e impidieron las maniobras evasivas del gobierno, que buscó minimizar el drama de los desaparecidos, y obligaron a la Presidenta a dar la cara ante la infamia.
Con su enorme legitimidad, la gran oportunidad de sentar las bases de la madurez política de México. Dejando a la posteridad un sistema menos adolescente, más capaz del diálogo y el consenso, dentro la diversidad y oposición a la ideología oficialista.