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Domingo 24 de Noviembre del 2024 05:00 hrs

Tatuajes, ¿entre la moda o una identidad para toda la vida?

Tatuajes, ¿entre la moda o una identidad para toda la vida?

En la antigüedad representaban una estratificación social, más tarde se estigmatizaron; hoy son una forma de expresión que el domingo celebrará su Día Internacional para conmemorar el arte en la piel

Ciudad de México.- Mucho se ha dicho sobre el acto de revestir con tinta la piel. Entre los estigmas, prejuicios, construcción de la identidad y de una contracultura actual que fue bombardeada al convertir al tatuaje también en un elemento mainstream que cada vez gana más terreno, popularidad y también es visto superficialmente como una moda, también se dibuja una construcción histórica de un arte milenario que resiginificaba a las sociedades antiguas.

En el marco del Día Internacional del Tatuaje, que se celebra este domingo el investigador del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, Héctor Castillo Berthier señaló que los tatuajes son una práctica antigua, cuyo origen está documentado hace 5 mil años y que actualmente tienen una resignificación identitaria.

“Ötzi, la evidencia más antigua de pigmentación subdérmica permanente, data de hace 5 mil 300 años. Fue un personaje momificado por congelamiento que estuvo a menos 40 grados durante ese largo periodo y fue encontrado en los Alpes de Ötztal, Italia”, señaló el investigador, quien precisó que hoy se encuentra resguardado en el Instituto de Momias en Italia, lugar donde se conserva su piel, órganos, vestimenta, herramientas y donde contabilizaron que tiene 61 tatuajes.

SÍMBOLOS DE PRESTIGIO SOCIAL Y ÉTNICO
De acuerdo con el coordinador de Estudios sobre la Juventud del IIS de la UNAM, los tatuajes tenían una estratificación social; en la antigüedad eran utilizados para distinguirse entre diferentes grupos étnicos o como símbolo de prestigio. Etimológicamente la palabra proviene del vocablo “tataú” de los maorís de Nueva Zelanda, que significa “golpear”.

El especialista explicó que esos primeros dibujos eran rayitas para identificarse, algún nombre significativo o dibujo como un barco para los marineros, lo cual también diseminó que el tatuaje fuera aplicado también como acto de marca para criminales y para otra clase de grupo al interior de las ciudades, periodo en el que también ocurrió su estigmatización al ser usado principalmente por la gente en condiciones más vulnerables, por lo que fue tachado de vulgar por las élites que determinaron el rumbo sociocultural hegemónico.

“Del siglo XVII a la mitad del siglo XX hay un fenómeno de rechazo y estigmatización para las personas tatuadas, ya que se tenía la idea de que quien portaba un dibujo en el cuerpo era delincuente o que había estado en la cárcel, pero eso ha cambiado en la actualidad”. Hoy existe una resignificación que es identitaria totalmente. Ahora es bien visto, que hay jugadores de fútbol, artistas y un montón de gente que está tatuada; dejó de ser mal visto”, comentó Castillo Berthier.

Esta resignificación inició a finales de los años 50 con las movilizaciones juveniles que empiezan a identificar el cuerpo como una manera de expresión, de convivencia, donde los tatuajes comienzan a proliferar y adquieren un simbolismo como nueva forma de identidad.

“Hay algunas bodas a las que acudes y contratan a un tatuador que hace una pequeña figurita en tu mano o brazo, colocando algún símbolo relacionado con los novios para que nunca olvides que fuiste esa boda. Entonces esta identificación identitaria del tatuaje, tiene una nueva vida y forma de expresión”, explicó el investigador.

OFICIO QUE SE PROFESIONALIZÓ Y CRECE EN MÉXICO
Dibujar el cuerpo es una práctica que va en aumento. Aunque no hay una cifra oficial, se estima que en 2002 había mil profesionales de la tinta en nuestro país; en 2019 sumaban seis mil, de acuerdo con Organizaciones de Tatuadores en México.

Algunos de ellos iniciaron en esta actividad solo por probar o por necesidad, pero hoy la mayoría son artistas con una formación, que ven en la piel un lienzo.

Al respecto, el investigador universitario afirmó que los tatuadores son profesionales que se relacionan en la industria como profesión y al mismo tiempo encuentran una forma de expresión artística. “Hay miles de tatuadores, pero dentro de ellos hay muchos que son verdaderos artistas en su trabajo, lo profesionalizan y lo hacen de una manera espectacular”.

En el contexto global, Italia es el país con más personas tatuadas en el mundo, 48 por ciento de su población cuenta con al menos uno; seguido de Suecia, Estados Unidos, Australia y Argentina, que tienen de 43 a 47 por ciento. En México, 32 por ciento de la población se realizó al menos uno. 

ARTISTAS DE LA TINTA
Enrique Ruiz es artista visual egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, hoy Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, y tatuador profesional desde hace ocho años. A temprana edad mostró su gusto por las modificaciones corporales y los tatuajes, y sin planearlo, encontró en esta industria una profesión.

Para el joven artista de 31 años, se trata de un arte tanto desde el punto de vista de quien tatúa como de quien es tatuado. “Es expresarte, es regalarle un poco de tu trabajo, de tu pasión, de tu tiempo, de tu esfuerzo a otra persona que en lo ideal lo va a conservar por el resto de su vida”, aseguró.

Clientes y amigos conocen a Enrique como Holy Bitch, quien inició su estudio de tatuajes por falta de oportunidades laborales y encontró su pasión. Sabe que como cualquier profesión tiene que actualizarse y ha tomado diplomados de anatomía artística en la Academia de San Carlos para dar realismo a sus diseños. Se especializa en cubrir tatuajes y retratos. “Debemos expresarnos o crear un estilo que nos identifique y que nos pueda marcar como un tatuador específico”, aseguró.

Celebró que la industria crezca, que dibujar el cuerpo sea reconocido como un arte y que cada vez más tatuadores busquen la profesionalización, pero recordó que aún persiste el reto de ampliar la regulación sanitaria de los estudios y con ello garantizar la seguridad y salud de las personas. 

Para finalizar, Castillo Berthier opinó: “si algo ha favorecido el desarrollo del tatuaje es esta individualización de nuestra cultura personal. Si están pensando en realizarse uno, háganlo con mucho cuidado y elijan correctamente el lugar”.

CONTRA LA DISCRIMINACIÓN
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), destacó que la discriminación por apariencia física era todavía uno de los puntos detectados en la Encuesta Nacional Sobre la Discriminación en México (ENADIS-2010), cuya mayor incidencia se registró en las zonas metropolitanas de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, aunque esta es una situación que se ha combatido a nivel nacional en los últimos años, todavía se pueden presentar actos de discriminación, principalmente laboral, por tatuajes.

Es por eso que cuatro años después, en 2014 se realizó una reforma a la Ley Federal para Prevenir y Erradicar la Discriminación, ya que desde la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su Artículo primero se establece que se  prohíben expresamente la discriminación por ser contrario al ejercicio de los derechos humanos de mujeres y hombres en nuestro país.

Asimismo, el pasado 10 de noviembre, el Conapred advirtió que el tatuaje ha aumentado su popularidad en el país. De acuerdo con sus cifras, una de cada 10 personas en el país tiene un tatuaje, es decir, unos 12 millones de mexicanos están tatuados.

De esta manera, el tatuaje coloca al México como el número uno en América Latina en realizar esta práctica y su inherente gasto, mientras que también se advierte que en Estados Unidos existe una industria del tatuaje valuada en mil 600 millones de dólares, que además, va creciendo y en aumento como parte de un segmento cultural y de estilización.







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