Opinión
Miercoles 04 de Septiembre del 2024 18:11 hrs

Santuario


¿Qué necesidad de cargarse, así, de a gratis, una crisis constitucional, la desconfianza de los capitales y el descrédito internacional? ¿Qué motiva a Andrés Manuel a ponerle obstáculos a la próxima presidenta? ¿Que obliga a Claudia a aceptar y hacer propia tal necedad?

La necedad del presidente no es ninguna sorpresa: de que algo se le mete en la cabeza. ¡Que arda Troya! No me muevo.

Lo que no deja de ser sorpresa es la disciplina que logra en todos aquellos que le dan soporte y sostienen sus necedades. Ahora que traen la reforma judicial hasta nos hacen dudar si los personajes políticos realmente existen, o son algún tipo de androides sin criterio u hologramas programados para repetir lo que les han instruido. No importa si alguna vez expresaron opinión en contra de lo que ahora apoya, simplemente no dan brazo a torcer.

No es necesario ser experimentado constitucionalista para entender que esta no es la forma de construir una nación moderna, progresista y próspera. Las formas, aceptando que muchos no dominamos el fondo jurídico del asunto, nos demuestran que no puede ser una reforma benéfica para la nación. Es imposible que fomente el estado de derecho, la equidad y la procuración de justicia expedita.

Basta revisar las voces que han expresado su preocupación por el avance de la reforma para saber que, en el mejor de los casos, le pone un difícil comienzo al gobierno entrante de Claudia Sheinbaum.

Imaginemos en su lugar por un momento, estamos por comenzar la aventura de la vida: Todo por lo que hemos luchado. Soñemos con lo que puede significar ser la primera presidenta en México. Llegando con más poder y legitimidad que cualquier otro presidente en los últimos 70 años. Con tantita paciencia y un poquito de aceitito, podemos hacer del país lo que nos dé la gana, sin que un árbitro pueda marcar falta, sin que ninguna oposición nos pueda cuestionar: sin que el Poder Judicial lo pueda denegar, porque todo fue hecho conforme a las reglas que estamos cambiando.

Y, al mismo tiempo, llegamos con retos enormes: finanzas públicas comprometidas, sociedad polarizada, escenario internacional deteriorado y una lista interminable de necesidades y demandas de una población que vive al límite.

¿Qué necesidad de cargarse, así, de a gratis, una crisis constitucional, la desconfianza de los capitales y el descrédito internacional?

¿Qué motiva a Andrés Manuel a ponerle obstáculos a la próxima presidenta? ¿Que obliga a Claudia a aceptar y hacer propia tal necedad?

¿Cómo es que el oficialismo y toda la bola de borregos que lo conforman les compra la idea sin respingar? ¿Cómo logran que nadie lo cuestione, no se salgan del guion y alcen la mano sin cuestionar?

Lo que sea que es que genera la necedad, la aceptación y la sumisión, debe de ser algo evidente. Algo que está tan a la vista que los que detractores no lo podemos ver.

Un solo objetivo, uno nada más. Un objetivo tan grande, tan políticamente potente, para que todos los esfuerzos, todas las gestiones, todas las lealtades, todo el futuro del movimiento y de la nación se apueste por él.

Imaginemos, por un momento... y es pura especulación, que  López Obrador tiene miedo.

El presidente, al parecer, le tiene especial cariño a Badiraguato y le gusta ir para allá. La DEA y otras agencias norteamericanas se sienten agraviadas con el trato displicente que han recibido. Mientras tanto la política y consideraciones hacia el narco son evidentes. Aiga sido como aiga sido, los triunfos electorales de Morena en el 2018, 21 y 24, se ligan fácilmente con los cárteles del narcotráfico.

El miedo no anda en burro y ya se demostró lo fácil que fue para alguien en EE. UU.  llevarse a un narco legendario, nunca capturado, cuando se lo proponen. Nadie supo dónde quedo la bolita, cuando apareció en el gabacho.

Hacer eso con un presidente sería mucho más complejo. Lejos quedó 1989, cuando pudieron invadir a Panamá para capturar y juzgar a su presidente.

Pero, si todo se hiciera conforme al marco legal: La información proporcionada por el Mayo, la corte del Juez Cogan, los acuerdos bilaterales y multilaterales que obligan y un Poder Judicial independiente. ¿Podría resultar en un expresidente acusado, una vecindad alineada y un triunfo político para POTUS?

Ahora, si en ese mismo escenario, el Poder Judicial es capturado, entonces México es un santuario.

Pero esto es pura especulación. Seguramente es solo la ambición de poder desmesurada el incontenible deseo de venganza.






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