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Miercoles 25 de Diciembre del 2024 01:35 hrs

Provoca Covid-19 hasta cuatro años de rezago educativo

Provoca Covid-19 hasta cuatro años de rezago educativo Coinciden organizaciones y académica de la UNAM en que la afectación en el nivel básico debe ser atendida con estrategias que impulsen la regulación en los grados básicos de educación.

Advierten que una generación de estudiantes de nivel básico no cuentan con los conocimientos aptos para el grado en el que se encuentran, principalmente en secundaria, a la par de que alertan la falta de evaluaciones y acciones propedéuticas para medir la gravedad del rezago

Ciudad de México.- La pandemia produjo en América Latina un rezago educativo de dos años en promedio, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Banco Mundial (BM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), aunque Marion Lloyd, investigadora del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE). advirtió que en algunos casos el rezago podría extenderse hasta cuatro años.

La especialista del IISUE de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) alertó que está en riesgo una generación y que esta situación es preocupante puesto que muchos niños aprendieron poco o nada en las clases en línea, si tuvieron acceso a ellas, a la par de que olvidaron numerosos contenidos que ya tenían asimilados antes de la emergencia sanitaria por el SARS-CoV-2.

Lloyd precisa que en la región latinoamericana, 55 por ciento de los infantes de 15 años desconocen los contenidos educativos mínimos que deberían manejar de acuerdo con su edad. Se estima que el problema se incrementó en por lo menos 15 por ciento para rebasar el 70 por ciento. Es decir, más de dos de cada tres estudiantes de primero de secundaria no tienen los conocimientos que tendrían que dominar en ese nivel educativo.

Ello se debe a que en México, al igual que en la mayoría de los países, estuvimos encerrados cerca de dos años sin clases presenciales. Se estableció el programa de televisión “Aprende en casa”, además de programación en radio, la distribución de libros de texto y el uso de internet, aunque no de forma generalizada.

Los infantes que estaban mejor posicionados aprovecharon estas soluciones, sobre todo las clases por internet, mientras que los estudiantes marginados tuvieron que recurrir a la televisión y la radio, sin interacción alguna con los profesores.

Al menos el 70 por ciento de la población en América Latina sufrió estragos en su educación; en México habría 5.2 millones en la misma posición.
Al menos el 70 por ciento de la población en América Latina sufrió estragos en su educación; en México habría 5.2 millones en la misma posición.


La académica opinó que “este problema pone en riesgo a una generación de estudiantes, pues por un lado no adquirieron los conocimientos suficientes y, por otro, muchos abandonaron la escuela. No existen cifras exactas, aunque el estudio realizado por el INEGI refiere a cuántos estudiantes no se inscribieron por la pandemia o por pobreza: 5.2 millones de personas en México, de tres a 29 años, para el ciclo escolar 2020-2021.

“Hablamos de millones de estudiantes que no estudiaron y que probablemente trabajan, son ´ninis´ o están en riesgo de entrar al mercado de las drogas. Desafortunadamente son las opciones para las personas más marginadas”, afirmó la especialista del IISUE.

Asimismo, la investigadora indicó que, a diferencia de otras naciones de la región, en México no se ha resarcido el daño a través de programas propedéuticos y pruebas diagnósticas para determinar, salón por salón, el grado de rezago en los escolares y qué hacer con ello. Por ejemplo, en Chile se implementaron programas remediales para fortalecer los contenidos educativos, en particular en matemáticas.

Consideró que el gobierno debe hacer un gran esfuerzo para aumentar el presupuesto que se destina a la educación y dirigir una parte a realizar evaluaciones, a fin de determinar cómo están los educandos, cuáles son las necesidades y posteriormente diseñar e implementar esos programas para llenar estos huecos educativos que tienen.

Lloyd precisó: “Es importante identificar a los niños que están batallando más y las razones de ello. En algunos países han implementado estrategias para contactar a los alumnos que abandonaron la escuela, y son los maestros, incluso los directores de escuelas, quienes acuden directamente a las casas de esos estudiantes, hablan con las familias, y en algunos casos ofrecen incentivos a los niños para que regresen a las aulas. Se requiere atacar el problema con un plan nacional, pero aplicado en cada estado, en cada escuela y en cada salón”.

Se requiere el diseño de estrategias específicas para cada circunstancia: no es la misma situación escolar de los niños en Los Altos de Chiapas que la de aquellos de las Lomas de Chapultepec, en la Ciudad de México, consideró.

En entrevista, la universitaria subrayó que en algunas entidades, sobre todo del sur de la República Mexicana, la brecha digital es mayor; es decir, se presenta una especie de efecto espejo.

América Latina es la región del mundo donde los niños faltaron más días a la escuela. Esto quizá se deba a que ha sido de las más golpeadas en términos de decesos, pero también hubo países que, a pesar de la situación sanitaria, decidieron continuar con las clases presenciales, comentó.

El rezago educativo repercute en la economía de las naciones, porque un menor que carece de las competencias básicas difícilmente será un adulto que produzca ganancias.

Para mejorar esta situación se requiere una política de Estado que trascienda sexenios; es decir, el consenso nacional y social de que la educación es un tema urgente e indispensable. “Como sea, estamos hablando de programas que tardan décadas; no se resarce en unos cuantos años un rezago educativo de la magnitud del que tenemos en México”.

La investigadora del IISUE precisó que un resultado positivo de la pandemia es que estamos prestando atención, por primera vez en serio, a estos problemas de desigualdad educativa y se buscan soluciones. Se han realizado estudios que se discuten a nivel nacional.

“El hecho de que los medios de comunicación estén hablando del tema me da esperanza de que se puede lograr algo, esa es una de las pocas cosas positivas. Conocemos la gravedad del problema y estamos tratando de resolverlo; llevará décadas, pero no es imposible”, indicó.







OPINION

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