Ofrecen misa por víctimas de Micarán a un año de la tragedia
- Por: Redacción --
- 04/06/2022 @ 17:40 --
- Carbonífera
Recuerdan a los siete mineros que murieron en la cueva minera que se inundó el año pasado
Por: Perla Sandoval/Cortesía EL DIARIO de Coahuila
MÚZQUIZ, COAH.- Al cumplirse un año de la inundación de la mina Micarán, donde fallecieron siete mineros, sus deudos participaron en una misa celebrada la mañana del sábado en la capilla de la Divina Providencia de Rancherías.
La misa estuvo a cargo del padre Gerardo García, de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe de Palaú, quien en su mensaje dijo que “la verdadera muerte es el olvido”.
Admitió que se extraña la presencia física y ausencia de los mineros, quienes dejaron un gran vacío en las familias, pero la esperanza los mantiene reunidos.
“En el panteón descansan los restos, pero donde nos unimos es en la Eucaristía, se unen el cielo y la tierra, lo humano y lo divino, es el mejor momento porque nos encontramos con Dios, quien nos da esperanza y confianza de que ellos están con él, hay que pedir por su eterno descanso y por nosotros para que siga fortaleciendo nuestra fe, esperanza y vida”, expresó el padre, al momento que bendijo los retratos de cada trabajador y se les aplaudió al mencionar a cada uno.
Quienes fallecieron en la inundación de la mina fueron José Leopoldo Méndez Sánchez, Gonzalo Cruz Marín, Juan Carlos Moreno, Pedro Ramírez, Damián Ernesto Robles Arias, Humberto Rodríguez Ríos y Mauricio Martínez Cortés.
“Pedimos por ellos y por nosotros, para seguir luchando en el camino, para que el Señor nos conceda encontrarnos un día con ellos”, externó.
Además, pidió a los patrones y autoridades que mejoren los salarios, las condiciones de seguridad y que las autoridades resuelvan definitivamente la situación jurídica de los deudos.
“Justicia social es lo que pedimos para ellos “, subrayó.
Después de la misa, familiares de Leopoldo Sánchez, acudieron a la mina, a donde se les permitió el acceso y se les señaló dónde poder colocar una cruz en recuerdo de su ser querido.
En una especie de bocamina, el propietario Gerardo Nájera había colocado previamente un arreglo floral.