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Miercoles 25 de Diciembre del 2024 01:19 hrs

Mejora una carrera posibilidad personal de crecimiento

Mejora una carrera posibilidad personal de crecimiento Contar con una carrera profesional abre mejores oportunidades y mayores posibilidades de desarrollo.

Los trabajadores con licenciatura ganan 78 por ciento más que aquellos solo con bachillerato, aunque la realidad contrasta con las oportunidades laborales del país

Ciudad de México.- México es un país que durante décadas impulsó su desarrollo a través de la llamada “cultura del esfuerzo”. Durante su industrialización y modernización tras la Revolución, la alfabetización y la profesionalización de su mano de obra le permitió alcanzar estándares de desarrollo que se vieron reforzadas y lo posicionaron como “un milagro” para el crecimiento.

En ese discurso, desde la construcción de la “cultura del esfuerzo” es que es muy señalado que quien se gradúa de una carrera universitaria tenía posibilidades de escalar a un nivel social con mejores oportunidades, accesos y calidad del empleo y su remuneración. Esta es una máxima que se ha mantenido durante décadas, aunque en la realidad ¿ocurre?

El pasado 3 de mayo el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) dio a conocer el estudio Compara Carreras 2022 (disponible en comparacarreras.org), en el que presenta las personas con licenciatura ganan 78 por ciento más que aquellas únicamente con bachillerato, tienen una tasa de formalidad 51 por ciento mayor, así como tres veces más probabilidades de seguir creciendo dentro de las organizaciones.

La conclusión del estudio es que “estudiar una carrera es una inversión de tiempo, dinero y esfuerzo, que permite acceder a empleos de mayor calidad, y aunque cada licenciatura y carrera técnica tiene costos y beneficios distintos; una herramienta que contiene datos relevantes para tomar una decisión informada”.

“Esto se traduce en mayores ingresos y mejores oportunidades que se incrementan a lo largo de la trayectoria profesional. Es por ello que Compara Carreras mide y actualiza cada año los costos y beneficios de estudiar una carrera. Así, los jóvenes pueden tomar una decisión más informada sobre su futuro”, señala el Imco en su resumen ejecutivo del estudio.

Pese a que esta máxima se mantiene vigente, la realidad de la llamada “cultura del esfuerzo” en el siglo 21 ya comienza a mostrar otro panorama en México, ya que las reducciones al poder adquisitivo, el incremento desmesurado en temas como la vivienda, la inflación y la necesidad de pensar en el ahorro para el retiro ante el fin de las pensiones muestran un panorama adverso para el futuro, por lo que más allá de “solo estudiar una carrera”, ahora los futuros profesionistas deben elegir basados en el perfil del mercado laboral en su contexto regional para encontrar mejores opciones.

RECOMIENDAN AFINAR EL PERFIL

De acuerdo con el IMCO, los jóvenes de hasta 24 años que estudiaron una carrera universitaria ganan 14 por ciento más que sus pares que solo tienen bachillerato. Pero el retorno de inversión incrementa a través del tiempo: si se considera a la totalidad de los trabajadores del país, la diferencia de ingresos entre graduados de bachillerato y licenciatura incrementa a 78 por ciento.

El Instituto refiere en Compara Carreras que 77 por ciento de los egresados con licenciatura o una ingeniería tienen un empleo formal, con lo que acceden a prestaciones y pueden garantizar el cumplimiento de los derechos laborales a través de un contrato.

Asimismo, uno de cada 10 graduados alcanza puestos de mayor liderazgo como gerencias y direcciones (en contraste con 3 por ciento de quienes solo tienen bachillerato). Esto implica mayor certidumbre laboral y protección frente a situaciones como la pandemia, en la que los trabajadores más preparados sufrieron el impacto de la crisis en menor medida.

Esto se ve reflejado en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del INEGI de 2020, donde la pirámide de la distribución de la riqueza, en contraste con las cifras del Imco sobre la percepción salarial formal que pagan las empresas a los profesionistas, les permite oscilar entre los deciles III (equivalente al pago de 7 mil 425 pesos) hasta el decil VII (equivalente a un ingreso de 16 mil 223 pesos.

LAS CARRERAS + Y LAS CARRERAS -
El Imco también señala en sus estudios sobre la fuerza laboral del país que entre las 10 carreras más pagadas en el país destacan Medicina; Finanzas, banca y seguros; Construcción e ingeniería civil; Ingeniería mecánica y metalúrgica; Tecnologías de la Información; Electricidad y Generación de Energía; Negocios y comercio; Ingeniería industrial, electrónica y tecnológica, Ciencias de la computación y Minería y Extracción, cuyos salarios oscilan entre los 13 mil 678 y los 17 mil 889 pesos.

En contraste, advierte que las 10 carreras peor pagadas son: Orientación y asesoría educativa; Lenguas extranjeras; Trabajo social; Didáctica y pedagogía; Formación docente para programas multidisciplinarios, a nivel preescolar, primaria, educación física artística o tecnológica; Terapia y rehabilitación e Ingeniería de vehículos de motor, barcos y aeronaves, cuyos salarios oscilan entre los 7 mil 874 hasta los 10 mil 55 pesos.

El Imco también alerta que las carreras con menor tasa de desempleo son formación docente para programas generales, formación docente para primaria y formación docente para educación media superior.

Asimismo, que las que tienen menor tasa de informalidad son formación docente para nivel medio superior, ciencias sociales, programas multidisciplinarios y formación docente para primaria. Aquellas en las que hay mayor proporción de mujeres son formación docente para preescolar, formación docente para educación inicial y trabajo social.

UN MERCADO LABORAL ‘REAL’
El Imco señala que las carreras más populares son administración de empresas, ingeniería industrial, derecho, enfermería y contabilidad en el país, en incluso muestra la distribución de las vocaciones y perfiles por regiones en el país.

Por ejemplo, señala que gran parte del norte del país (Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas y hasta San Luis Potosí) mantiene una mayor preferencia por la ingeniería industrial, y advierte que solo Nuevo León y las Baja Californias son las que registran un incremento en perfiles orientados hacia la carrera de Administración, Contabilidad o sus variantes, con buena parte del país, ya que esta es la carrera más elegida en más de 17 entidades.

En contraste en el centro- oeste del país con entidades como Durango, Zacatecas, la Ciudad de México, Morelos, Guerrero y Michoacán se enfocan y eligen más al derecho, mientras que solo Nayarit fue la entidad en donde la Enfermería predominó como la carrera más estudiada en el país.

LA ‘TRISTE’ REALIDAD
Sin embargo, pese a los señalamientos del Imco y las necesidades reales de la profesionalización de la fuerza laboral mexicana, existen otros factores sobre las condiciones laborales que abren la discusión hacia un mayor debate.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi, con corte al primer trimestre de 2022 que la informalidad predomina en el país, ya que 55.7 por ciento de la población laboral activa, equivalente a 31.6 millones de mexicanos, obtienen ingresos desde la informalidad, o sea a través de una actividad comercial, prestación de servicio, negocio o emprendimiento, en el mejor de los casos, sin acceso a prestaciones o garantías laborales.

Asimismo, el panorama se muestra un tanto pesimista al advertir que un mercado laboral informal tan grande exhibe que 21.6 millones de trabajadores (55.1 por ciento hombres y 56.8 por ciento mujeres) trabajan Y generan ingresos en la llamada informalidad, donde una de las afectaciones es la falta de acceso universal y gratuito a servicios de prevención y atención de la salud, entre otras prestaciones.

En marzo de este año, se registraron 21.6 millones de trabajadores (61.1 por ciento) que no cuentan con este derecho, lo que los pone en una situación vulnerable, en especial tras haber vivido situaciones como la emergencia sanitaria detonada por la pandemia.

Otro aspecto es la disparidad de género, ya que de acuerdo con el Segundo Informe Breve Sobre Desigualdad de Género del Observatorio de Salarios de la IBERO Puebla, “en México, 61.5 por ciento de las mujeres tienen hasta un salario mínimo 172.87 pesos, pero solo el 38.5 por ciento de los hombres ganan esta cantidad”, lo que también refleja serias distinciones que necesitan erradicarse en el país.

A esta situación también se añade la brecha entre formales e informales, puesto que la formalidad al garantizar las prestaciones también genera una mayor carga fiscal para el trabajador. Es decir, en muchas empresas se ofrece y garantiza un salario bruto, aunque al señalar el carácter de las prestaciones ese salario bruto se reduce.

De acuerdo con una estimación, las reducciones del Impuesto Sobre la Renta y las aportaciones al IMSS pueden reducir el salario de 9 mil 500 pesos a 8 mil 433 pesos, esto con cifras de los tabuladores del ISR e IMSS de 2018 y sin contar otras deducciones que se acuerdan con las empresas como ahorro, el pago de créditos del trabajador o incluso el descuento por crédito ante el Infonavit, ni hablar del ahorro voluntario para el retiro ante las reformas al sistema de pensiones de 1997.

Por otro lado, en marzo del 2021 el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM advirtió en un ejercicio que el poder adquisitivo de los trabajadores, es decir, lo que puedes adquirir con tu salario en relación a artículos, vivienda, salud, y las condiciones que se dignifican a través de la actividad laboral, de 1982 a 2019 los salarios perdieron su poder adquisitivo un 86 por ciento, por lo que los trabajadores del país deben trabajar más de 11 horas para obtener la ganancia necesaria y satisfacer las necesidades que a un trabajador de 1982 le costaría solo una hora y media de trabajo.

Asimismo, otro gráfico de la UNAM exhibe este encarecimiento de los salarios, sin importar si se trata del sector formal o informal, al señalar el precio de la vivienda ha sufrido incrementos considerables, y que de 2005 a 2021, la relación de salarios y vivienda muestra que los primeros se redujeron casi 24 por ciento, mientras que los precios de las segundas se dispararon por encima del 26 por ciento, lo que refleja un encarecimiento superior al 50 por ciento para que los trabajadores del presente puedan tener acceso a una vivienda propia.

Por último, de acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), México es el país con el peor equilibrio entre el trabajo y la vida de los trabajadores, basado en el número de horas de trabajo y el tiempo para el ocio y cuidado personal de los trabajadores, ya que obtuvo 0.4 de calificación entre los 38 países asociados, en donde países como Colombia, Costa Rica, Japón, Chile, Estados Unidos, Brasil, Francia, España, Dinamarca e Italia son los mejores con la distribución de tiempos para garantizar la calidad de vida de su fuerza laboral.

(Infografía Estefanía López)







OPINION

Fuenteovejuna

Como mujer y madre, para Doña Claudia debería ser preocupación toral y central agotar todos los medios para apoyar no a su mentor, sino a las madres buscadoras…

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