Opinión
Jueves 26 de Diciembre del 2024 14:31 hrs

Los Tiempos Están Cambiando


Para el movimiento obradorista entender que estabilidad comercial, económica, social y política puede desaparecer sin que tenga tiempo de reaccionar, que los tiempos están cambiando, no es fácil

El IMSS reportó ayer la creación de empleo formal para septiembre. El reporte muestra el peor mes de septiembre desde 2009.

Vale la pena recordar que en 2009 la crisis financiera, la caída más profunda en la economía mundial desde la Gran Depresión, seguía replicándose alrededor del mundo, afectando toda la actividad económica.

México, que había comenzado la apertura comercial veinte años antes con la entrada al GATT, y llevaba quince años dentro del TLC, no podía ser ajeno a los impactos globales de esa tormenta económica.

Entonces, la recuperación fue pronta y sólida: para principios de 2010 aprovechábamos la inyección de liquidez extraordinaria del  gobierno norteamericano y el rebote fue excepcional.

En esta ocasión, no sorprendería que, en varios años, sigamos discutiendo cómo salir de un estancamiento económico, de consecuencias dolorosas, especialmente para los pobres.

Las causas que empantanaron la creación de empleos y la confianza de la iniciativa privada, nacional e internacional, en la economía mexicana son evidentes. Sobra decir que la incertidumbre de un movimiento político que concentra demasiado poder, y el abuso de poder, que se hizo realidad en el mes de septiembre, es suficiente para retirar las apuestas y quedarse, solamente, viendo.

Si sumamos el pésimo “timing” para hacer gala del paternalista: ¡Aquí se hace lo que yo digo!, y el ¡Porque lo digo yo!, se da la mezcla perfecta para cancelar lo que quedaba del mentado “Nearshoring” y pavimentar el camino a un estancamiento económico de varios años.

Políticamente, con su acotada visión interna, el expresidente puede pensar que, si no es ahora, no será mañana, y la Presidenta creer que el mal menor es no confrontarse. Pero los factores y contexto en el que se actúa no responden a los berrinches políticos nacionales.

El movimiento obradorista parece no entender que existe un verdadero riesgo de que, aquello que le dio al expresidente la oportunidad salir a las calles a reclamar, denunciar y exigir sin demostrar nada, que le dio al movimiento la posibilidad de tener un sexenio “tranquilo”, tomando decisiones irresponsables desde antes de comenzar y hasta el último día, lo mismo que, indirectamente, le dio a la presidenta Sheinbaum la estabilidad para prometer una prosperidad compartida.

Entender que estabilidad comercial, económica, social y política puede desaparecer sin que tenga tiempo de reaccionar, que los tiempos están cambiando, no es fácil.

Tengo que confesar que, aun experimentando en carne propia el encono de colegas gringos en 2016 y el distanciamiento al que nos llevó en la relación personal y de negocios, que se ha acrecentado hasta la fecha; que teniendo oportunidad de ver con mis propios ojos grandes plantas industriales cerradas e inservibles, en el medio oeste norteamericano; que escuchando de viva voz el reclamo a la presencia de migrantes y la pérdida de empleos buenos ante personas que no cobran lo necesario para vivir dignamente, hay muchas cosas que no entiendo.

Confieso que, con todas las oportunidades que tuve para entenderlo, la ceguera nacionalista no me dejó ver lo que, recientemente, un impresionante artículo de la revista semanal del New York Times, me abrió los ojos.

“How NAFTA Broke American Politics”; Como el TLC rompió la política de EE. UU. (https://www.nytimes.com/2024/09/03/magazine/nafta-tarriffs-economy-trump-kamala-harris.html) nos da una visión profunda desde adentro de lo que Trump vende con tanto éxito. Nos explica por qué, primero Biden y después Kamala, han hecho suya esa oferta. Nos abre los ojos a un riesgo que no parece aquilatar el oficialismo.

Una frase que da un entrevistado resume lo que enfrentamos: "El TLCAN fue el principio del fin", dice Hayes. "La posición de la mayoría de la clase trabajadora ahora es desligada y cínica. Vieron en tiempo real los resultados, la forma en que les dejó en el camino, despojándolos del potencial en el que creían" (tomado del artículo citado). 

Corolario:

Mañana se anuncia al ganador del premio Noble de literatura. En 2016, la Academia Sueca, entre controversias le dio el premio Nobel de literatura a Bob Dylan haciendo honor a una de sus más reconocidas canciones;“The times are a-changing”:


“Será mejor que empieces a nadar

o te hundirás como piedra

porque los tiempos están cambiando…”

Así, solo nos queda la esperanza que la Presidenta reconozca que los tiempos están cambiando, ya no son de López Obrador.






OPINION

Fuenteovejuna

¿Jugar a David contra Goliat? Enseña la Biblia, no es con palabrería patriotera como se puede enfrentar a un troglodita como Trump, sino con uso de inteligencia…

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