Opinión
Domingo 22 de Diciembre del 2024 06:25 hrs

Ala Izquierda

La Importancia del Poder Legislativo: A Votar Parejo


Por cierto, como es su costumbre, el presidente López Obrador intenta engañar sobre sus verdaderas pretensiones. Disfraza sus ataques contra la SCJN como una cruzada contra los privilegios y la corrupción; pero elude y justifica los hechos contundentes que señalan a sus cercanos, familia y colaboradores de lo mismo y más: los excesivos gastos y lujos del Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval; o los escándalos acerca de la red de negocios tutelados por su hijo Andrés López Beltrán. Por poner unos ejemplos.

Por Isaías Villa González, Fundador y Delegado Nacional del PRD en Coahuila.

A 20 días de las elecciones locales en Coahuila y Estado de México, salta a la palestra un tema que pensábamos superado, luego de algunas décadas de batallar democrático: la esencia de la República, como base para un desarrollo en libertad.

El virulento ataque del presidente López Obrador –seguido de un ruidoso balar de gobernadores, legisladores, dirigentes y comunicadores oficiosos de su llamada 4t- contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), por declarar inconstitucional la primera parte de sus reformas electorales (el llamado Plan B para controlar y manipular elecciones), nos señala con toda crudeza su pretensión regresiva y autocrática: concentrar en una sola persona las determinaciones públicas. En síntesis: acabar con la República, como expresión de la pluralidad nacional, con Poderes separados y autónomos, Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Contrapeso institucional entre ellos, y en donde la Corte es el órgano de control de la constitucionalidad de las determinaciones de los otros dos poderes; no apéndice del Ejecutivo.

 Así lo concibieron los clásicos liberales Locke y Montesquieu desde el siglo XVIII, y se encuentra establecido en México desde la Constitución de 1824, luego con los liberales de Juárez -que tanto menciona pero poco respeta el presidente-,más tarde en la Constitución de 1917, y que después se ha venido perfeccionando con diversas reformas.   

Bien dijeron los Ministros Norma Piña, Presidenta, y Arturo Saldívar: nuestro país es una democracia constitucional, uno de cuyos principios ineludibles son los procedimientos deliberativos. Ello encuentra base en los artículos 71 y 72 Constitucionales, establecidos por el propio legislador, que establecen que no basta una decisión mayoritaria, si la iniciativa legislativa no es suficientemente difundida, documentada, discutida en tiempo y forma, en donde las minorías puedan convencer con razones, más allá de números.  

Es importante recalcar esta situación de los Poderes, de cara a las elecciones del 4 de junio. Porque de igual forma, hay dos objetivos diferentes, en las intenciones por ganar las mayorías Legislativas, que tienen el bloque que encabeza Morena y el de la Alianza por México. El presidente y Morena la conciben como un Plan C para contar con una mayoría que atropelle e imponga, a partir de los caprichos del hombre fuerte, del autócrata. 

En cambio, la Alianza busca mayoría para impulsar un cambio de régimen, en donde se normalice la figura de los Gobiernos de Coalición. En éstos, la composición del gabinete pasa por la aprobación del poder legislativo; con ello, se busca que accedan a los diversos cargos personas capacitadas y con experiencia en las diversas materias. Que más que un reparto de cuotas solo de las fuerzas políticas, sean propuestas también de la sociedad civil, de sus organizaciones, colegios, cámaras. De igual forma, en esta figura democrática, se acentuará la participación decisiva del Legislativo en los Planes de gobierno y de desarrollo. Y por supuesto, en la aprobación y fiscalización del presupuesto, su distribución y ejercicio. Se trata de cambios para mejorar, para adelante, como dice el candidato de la Alianza por tu Seguridad a gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez. 

Por cierto, como es su costumbre, el presidente López Obrador intenta engañar sobre sus verdaderas pretensiones. Disfraza sus ataques contra la SCJN como una cruzada contra los privilegios y la corrupción; pero elude y justifica los hechos contundentes que señalan a sus cercanos, familia y colaboradores de lo mismo y más: los excesivos gastos y lujos del Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval; o los escándalos acerca de la red de negocios tutelados por su hijo Andrés López Beltrán. Por poner unos ejemplos.

A estas alturas de las campañas, en Coahuila está claro que Manolo Jiménez ganará la gubernatura del Estado. En la Alianza llamamos a votar parejo, igualmente por las y los candidatos a Diputados Locales de la Coalición PRD-PRI-PAN. Se trata de contar con una mayoría democrática, que permita la gobernabilidad y el cumplimiento de los compromisos de desarrollo con equidad social y seguridad. Pero no para admitir todo e imponerle a las minorías de forma atrabiliaria. El diálogo y la construcción de soluciones entre poderes y entre fuerzas políticas de distinto signo, debe llegar a ser parte ineludible de la normalidad democrática. 

 

 

 






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