Opinión
Miercoles 17 de Julio del 2024 08:33 hrs

Gran Ola o Tormenta Perfecta


Para Trump, Vance es la mejor tabla de surf que se podría conseguir: madera sólida para la ola que monta. Puede radicalizarse, tomar las posiciones más extremas del trumpismo, sustentarlas en su historia de vida, sin que lo puedan criticar

Siempre he gozado el mar. Desde pequeño “toreaba” las olas, me metía más allá de donde rompen y montaba, la que lograba agarrar, hasta la playa. 

La política es un poquito como el mar, puede estar tranquilo o picado, pero una vez que estás adentro, no alcanzas a ver lo que te viene. Más allá de donde rompen las olas, es difícil distinguir si la que viene va a alzarse. A veces, cuando estas distraído, desprevenido, no necesita alzarse una gran ola, cualquiera chiquita te revuelca. En ocasiones se alcanza a ver como el mar se retrae, en una aparente calma, seguida de una enorme ola que se aproxima. Si está pendiente, atento, te da oportunidad de medirla y “surfearla” hasta que te deposita, triunfante, en la arena, a la orilla del mar. 

Pero esos son juegos de niños. Los profesionales buscan las olas que se han vuelto leyenda: olas que miden doce o quince veces la altura del surfista, edificios de agua que, al ir rompiendo, hacen un tubo que los envuelve; que revuelca a la mayoría, ahoga a muchos, y solo a los más hábiles, al final, los libera, aun parados sobre la tabla, victoriosos de nuevo en la playa. 

Algo así es como me imagino que está surfeando Donald Trump. Le llegó la ola y la ha logrado agarrar. 

Ya había agarrado una ola, en 2016, que lo revolcó: Tuvo una presidencia desastrosa.  No se dio por vencido, aprendió, se entrenó y regreso. Esperó y aguantó, aguantó y esperó, fue preparándose y preparando su entorno hasta que le llegó, al parecer, una ola monstruosa. Una ola que su oponente Biden le impulsó, con su desastroso debate, y que ha sido fortalecida por la bala que le rozó la oreja, hace apenas unos días. 

Mucho puede pasar de aquí a noviembre. Tendría que perder, completamente, el equilibrio, hacer un movimiento trágico y desastroso, que lo tire y lo revuelque. Y, aun así, siendo que esta es una competencia de dos, aun revolcado, medio ahogado y maltrecho, Biden difícilmente lo podría alcanzar. El Partido Demócrata y el Presidente se ven desgastados. Se desgastan más cada día que tratan de sostenerlo como candidato.  

Por si fuera poco, la selección de JD Vance como el compañero de fórmula de Trump, es un movimiento magistral. 

JD Vance es la personalización de la plataforma trumpista. Comenzando con la infancia redneck en las Apalaches del Medio Oeste, la madre adicta a los opiáceos sin lograr escapar. Criado por los abuelos. Encuentra la salida en los Marinos y el servicio en Irak. Regresa a la universidad, comenzando una historia de superación personal que lo lleva a Yale. Se vuelve famoso con su libro autobiográfico, hecho película con actores de renombre. Sus conferencias y platicas lo llevan al Congreso. Su pragmatismo ideológico, su vociferación y capacidad para el debate lo acercan a Trump y las posiciones conservadoras. El ser un outsider, las fundaciones de ayuda a niños que creó, los acuerdos bipartidistas que impulsó para atender temas sociales, su esposa de origen indio lo validan con la gente. Ni mandado a hacer. 

Para Trump, Vance es la mejor tabla de surf que se podría conseguir: madera sólida para la ola que monta. Puede radicalizarse, tomar las posiciones más extremas del trumpismo, sustentarlas en su historia de vida, sin que lo puedan criticar. Que sin salirse de las guerras extranjeras, conoció la tragedia de Irak; atacar los cárteles mexicanos, los sufrió con su madre; el aislacionismo comercial, creció en el offshoring. No es racista, su esposa es india. Es patriota y valiente, es Marine. Como Trump, ha logrado crearse solo y triunfar antes de los 40. 

Sobre Vance, Trump se podrá mover al centro, conciliar con los republicanos de Never Trump y atraer a los Double Haters

En México, la mitad de nuestro destino se escribe con plumas extranjeras. Aunque no fue buena experiencia, a Trump le tocará escribir otro capítulo más. Siempre hay forma de sacar provecho si estamos atentos, de agarrar nuestra propia gran ola. El plan C es, entendámoslo, un impedimento, una distracción, un capricho que puede convertir la ola que debemos montar, en la tormenta perfecta. 






OPINION

Fuenteovejuna

YSQ roba a ladrón… Estados Unidos se apropió de 90% de lo que le quitó a Javier Villarreal. Y el Presidente no tardó en agandallarse el 10% restante que regresaron…

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