Gracia y Desgracia de Altagracia y su Plan
...Otra vez, un presidente, ahora una Presidenta – para no ofender – nos intenta vender la construcción de un México promisorio a partir de decretos, reformas, propaganda y vítores. No a partir de política pública de largo plazo, económicamente pragmática (no ideologizada), aterrizada a la sociedad y que atienda las causas
No sé qué hacer del Plan México presentado ayer por la Presidenta y su presidenta del Consejo Asesor Empresarial, Altagracia Gómez.
Guardadas enormes diferencias no pude evitar relacionar el Plan México de Claudia Sheinbaum con el Momento México de Peña Nieto hace doce años.
En aquella ocasión el Presidente alcanzo la portada de la revista Time con la afirmación de que Peña Nieto estaba “salvando a México”. Se comenzaba una serie de reformas de gran calado que, poco después, sirvieron para empujar la llegada de la 4T al poder.
Hoy, insisto, guardadas las enormes diferencias, se anuncia con bombo y platillo un plan para llevar a México a la gloria económica en medio de otra serie de reformas de gran calado. Ambos, plan y reformas, profundamente incongruentes.
No sé qué hacer del plan presentado, no porque no tenga una opinión fundamentada de las virtudes y vicios del anuncio de ayer. Sino porque, otra vez, un presidente, ahora una Presidenta – para no ofender – nos intenta vender la construcción de un México promisorio a partir de decretos, reformas, propaganda y vítores. No a partir de política pública de largo plazo, económicamente pragmática (no ideologizada), aterrizada a la sociedad y que atienda las causas (recomiendo mi publicación de hace ocho días https://www.infonor.com.mx/articulo/entry/atendiendo-las-causas).
Hay varias cosas que llaman la atención de la presentación del lunes. La primera es que no existe, en ningún medio, el famoso “primer borrador” que la Presidenta ofreció en su discurso. Si uno quiere hacer un análisis más profundo del plan, lo único que existe es la versión estenográfica de la presentación, nada que lo sustente. La segunda es que fue la Presidenta quien anunció que, al momento, funcionaría una página de internet donde el pueblo podría compartir sus opiniones, propuestas y, me imagino, cualquier otra cosa que a uno se le pueda ocurrir. Sitio web que, por cierto, tampoco aparece por ningún lado. Aunque no descarto que yo sea medio sonso y no sepa buscar.
Así, visto en conjunto, la presentación del plan que nos salvaría de las fauces de Trump 2.0 parece, más bien, algo improvisado.
Estas omisiones parecen increíbles tomando en cuenta el historial del régimen en cuanto a excelente planeación y ejecución de la política pública y los elogios del antiguo némesis de la Presidenta, Marcelo Ebrard, hacia la atinada e inquisitiva revisión de la jefa, que “se recuerda todas las cifras, ha corregido la mayor parte de las metas (y) nos ha cuestionado detalles que a veces nosotros ni siquiera hemos visto”. Sin dejar de precisar que ha sido un trabajo colectivo con el arduo trabajo del Consejo Asesor Empresarial, por seis meses, seis agotadores y extenuantes meses.
Por supuesto que los planes, las metas y los objetivos que presentó la Presidenta son inobjetables en cuanto a su deseabilidad. Las dudas surgen cuando se intenta poner en la misma canasta cosas tan diversas como las metas de llegar a ser la décima economía del mundo y el crear vacunas en México. No quisiera sonar clasista, pero hay niveles, inclusive en las metas.
Eso sí, más allá del discurso y la demagogia, algo que hay que reconocer es excelente, es que se hayan dado fechas definidas para cumplir con acciones definidas. Sinceramente; ¡Bravo! Ahora solo falta que se cumplan y que no sea como el primer borrador y el sitio anunciado.
Ya veremos, al tiempo, si el plan logra impactar en la cadena productiva a quienes realmente hay que impactar. Comenzando por las micro y pequeñas empresas que tienen un largo trecho para lograr los niveles de competitividad, productividad y eficiencia deseables. Y, al pueblo, quien no encuentra, en nuestro país, el medio adecuado para desarrollar sus talentos y, a partir de ahí, forjar una vida digna.
No hay duda alguna, eso sí, de que el plan impactará a esos empresarios que ayer aplaudieron: esos empresarios cuates de la 4T que se reunieron a celebrar la presentación para garantizar otros seis años de bienestar (lo dicho, hay niveles). Entre ellos, la propia Presidenta del Consejo Asesor Empresaria, quien mostró su gracia aventando arengas hacia la inversión, el consumo, la educación, el turismo y todo, todo en México. Como dice el refrán popular: “El cura predica, pero no aplica”.
Otra vez, pareciera que el diagnóstico es correcto y la ejecución empieza a sembrar serias dudas. ¡Cuidado! Altagracia. Que el plan no se convierta en otra desgracia de la 4T.