El alto costo hídrico de la carne: una mirada profunda al ciclo de vida en su gestión ambiental
- Por: Raymundo Fernández --
- 28/05/2024 @ 16:52 --
- Especiales
Resulta necesario tomar medidas para garantizar un uso eficiente y sostenible del agua en la producción de alimentos.
Ciudad de México.- Ante la intermitencia y futura permanencia de la sequía conforme a las más recientes predicciones científicas, impera conocer el origen y posible beneficio del ciclo de vida de un producto y de todas sus características para diseñar políticas adecuadas para su comercialización y consumo.
El ciclo de vida de un producto considera toda su historia, desde su origen como materia prima hasta su final como residuo. Se tienen en cuenta todas las fases intermedias como transporte y preparación de materias primas, manufactura, y distribución a mercados de consumo.
Un análisis más completo del ciclo de vida estudia los aspectos ambientales y los impactos potenciales a lo largo del ciclo de vida de un producto o de una actividad.
Por esta razón en 1994 se estableció dentro de las normas internacionales ISO “International Standards Organization” una serie de estándares relacionados con la normalización de herramientas ambientales ISO 14000, o Gestión Ambiental. Éstas sirven de guía en la elaboración de un análisis ambiental detallado.
Las normas ISO14000 son un estándar internacional que establece los requisitos para un Sistema de Gestión Ambiental –SGA- eficaz. ISO14001 ayuda a la sociedad y comunidades a ser más sostenibles, a reducir su huella ambiental y a cumplir con sus responsabilidades ambientales.
Se encuentra dentro de esta serie de normas ambientales la norma ISO 14040, esta forma un marco general con principios y necesidades básicas. Sin embargo, es necesario proponer una normatividad más clara y precisa al respecto de éstas. Hoy en día las normas ISO 14000 son muy suaves y dejan muy relajado el impacto integral ambiental.
Y es que producir la carne de una hamburguesa requiere aproximadamente 2 mil 400 litros de agua para 150 gamos. Esta cantidad de agua se utiliza en todo el proceso o ciclo de vida de producción de la carne, desde el cultivo del alimento para el ganado hasta el procesamiento y empaquetado de la carne molida.
Cuando hablamos de implementar un Sistema de Gestión Ambiental –SGA- en una empresa de producción de carne, permite no sólo cumplir con todos los reglamentos y requisitos, también facilita un control periódico de dichos procesos, permitiendo mejorar los estándares de calidad con el paso del tiempo.
Aunque estos sistemas son un poco costosos en sus inicios, a la larga representan un beneficio para las empresas que los implementen en sus procesos. El objetivo es que reflejen nuestro compromiso con la protección del medio ambiente y su cumplimiento.
El forraje, como la alfalfa y el maíz son los principales cultivos utilizados para alimentar vacas. Se estima que para producir 1 kilogramo de alfalfa se necesitan entre 500 y 600 litros de agua. Otro cultivo común es el maíz. Para cultivar y producir 1 kilogramo de maíz se requiere aproximadamente 500 litros de agua en regiones húmedas y 700 litros en climas áridos que dependen del riego.
En términos generales, se calcula que una vaca consume entre 10 y 15 kilogramos de alimento al día, lo que puede incluir una mezcla de alfalfa, maíz, y otros tipos de forraje. Se necesitan entre 3 mil y 5 mil litros de agua por día para alimentar a una vaca, dependiendo del tipo de cultivo, forraje y las condiciones de crecimiento.
Por lo tanto, si se necesita aproximadamente de 2 a 3 años de alimentación y manejo antes de que una vaca esté lista para ser convertida en carne para hamburguesa (200 kg de carne deshuesada y molida para hamburguesa, por cabeza vacuna, aproximadamente), estamos hablando de 730 a mil 095 días de alimentación.
Si tomamos el caso de una vaca con 800 días de alimentación en promedio y consume alrededor de10 kilos por día de alimento, nos arroja la cantidad de 8 mil kilogramos, es decir, ocho toneladas en alimentos de engorda para una sola vaca.
Aunado a esto, las vacas de carne generalmente tienen un consumo de agua que beben menor en comparación con las vacas lecheras. Ingieren entre 40 y 80 litros de agua al día. Esto puede variar según el peso y las condiciones ambientales. La vaca lechera puede beber hasta 200 litros de agua por día.
En términos generales, tres millones 100 mil litros es la huella hídrica de una sola vaca. De esto se desprende que los 200 kilogramos totales de carne que nos arrojan 15 mil 500 litros de agua por kilo y cercano a los 2 mil 400 litros de agua por 150 gramos de carne para una hamburguesa.
Para poner estas cifras en perspectiva, una persona promedio en México utiliza alrededor de 23 mil 000 litros de agua por año para beber, cocinar y asearse manos y ducha (consumo directo anual). Esto significa que la producción de 10 hamburguesas (150 gramos cada una) consume el agua (24 mil litros) de prácticamente equivalente al total de agua tan sólo de uso directo que una persona ocupa durante todo un año.
La huella hídrica de la carne es un tema importante a considerar, ya que la producción de carne es uno de los mayores consumidores de agua dulce en el mundo.
El equilibrio ecológico es importante para la supervivencia y existencia continua de los recursos, así como para la estabilidad del medio ambiente. El equilibrio natural en el ecosistema, que debe mantenerse, se encuentra alterado provocado por actividades del hombre.
En resumen, la cantidad de agua utilizada para empaquetar la carne de vaca es una pequeña fracción del total, pero cuando se considera el ciclo de vida completo del producto (desde el cultivo de los alimentos para el ganado hasta el producto final empaquetado), es muy alto.
Un Sistema de Gestión Ambiental sirve para establecer el consumo de agua en cada proceso ambiental del ciclo de vida. Llevar a cabo una evaluación y control; las normas exigen seguimiento y medición de los indicadores clave de desempeño ambiental, así como la identificación y evaluación de los riesgos y oportunidades.
Cuidar el agua es responsabilidad de todas y todos. Al comprender de manera más profunda el ciclo de vida de los alimentos, podremos reducir la huella hídrica, podemos contribuir a la conservación de este recurso vital para las generaciones futuras.
Ante este panorama resulta necesario tomar medidas para garantizar un uso eficiente y sostenible del agua en la producción de alimentos. Que los agricultores/as, ganaderas/os y muchos otros formulen su propio Sistema de Gestión Ambiental para ayudarse y ayudarnos todos al uso sostenible del recurso.