Diagnóstico temprano es clave para atender Asperger
- Por: Redacción --
- 18/02/2023 @ 05:30 --
- Mexico
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Advierten especialistas de la UNAM que en México se estima con datos de la Secretaría de Salud federal que al menos 120 mil personas viven con esta condición
Ciudad de México.- En el marco del Día Internacional del Síndrome de Asperger, que se conmemora este 18 de febrero se estima que aproximadamente 0.5 por ciento de la población mundial padece el síndrome de Asperger, es decir, 40 millones de pacientes, aunque faltan estudios para tener un número preciso, afirma el académico de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Fructuoso Ayala Guerrero.
En México, de acuerdo con la Secretaría de Salud federal, alrededor de 120 mil personas viven con esta condición; aproximadamente la mitad de ellos llega a la edad adulta sin diagnóstico.
IMPULSAN TRATAMIENTO DE VALORACIÓN NEUROPSICOLÓGICA
En el Laboratorio de Neurociencias de la FP se implementa un método consistente en la estimulación del cerebro, después de una valoración neuropsicológica, de atención, aprendizaje, memoria, etcétera. Los participantes reciben estimulación magnética transcraneal para mejorar su condición. La meta es que se sume como otro tratamiento.
“Se aíslan, tienen una mente rígida y no entienden el lenguaje figurado; si les dices que está lloviendo a cántaros, ellos creen que efectivamente el agua cae de esos recipientes. Lo entienden literalmente”, detalla.
En la actualidad, aclara el universitario, “tiende a desaparecer el término de Asperger para quedar como nivel 1 del trastorno del espectro autista”. El término autismo proviene del griego “autôs” que significa “propio” o “uno mismo”, porque los pacientes se aíslan y tienen conductas repetitivas; se “encierran” en una tarea que les interesa y no pueden salir de ahí.
Tampoco entienden las intenciones y sentimientos de las otras personas, quienes utilizan, además del lenguaje hablado, el corporal, por ejemplo una mirada o una sonrisa.
Ayala Guerrero refiere que el origen del síndrome podría ser hereditario, o desarrollarse en el útero durante el proceso de gestación, también podrían intervenir factores medioambientales que alteren el neurodesarrollo; por ejemplo, mujeres con epilepsia y embarazadas que toman fármacos antiepilépticos durante la gestación pueden alterar el desarrollo cerebral de su bebé. En este sentido, el ácido valproico se ha relacionado con niños con un trastorno del espectro autista.
El científico explica que en el Laboratorio de Neurociencias de la FP, a su cargo, se ha desarrollado un modelo animal que consiste en administrar ese fármaco en ratas durante los primeros días de gestación, de manera que las crías -al nacer- tienen alteraciones parecidas a los pacientes humanos, problemas de comunicación y, en ocasiones, malformaciones.
Asimismo, se ha observado que si son estimuladas y crecen en un medio enriquecido, es decir, conviven con otras ratas, corren en juegos mecánicos, etcétera, sus daños son significativamente menos graves. Las que se mantienen aisladas presentan problemas de memoria, incluso malformaciones en cara y patas. Por ello, la recomendación para las personas con Asperger es tener una estimulación constante que les ayude a mejorar los síntomas.
El investigador argumenta que el cerebro genera energía eléctrica que se manifiesta en forma de ondas de frecuencia y amplitud variable. En la región sensitivo-motora, ubicada en la parte central frontal del cerebro, se registran las ondas MU; en una persona sana se presentan cuando está relajada y tranquila, pero desaparecen cuando se mueve u observa que otros lo hacen, lo cual indica que somos capaces de leer las intenciones de los demás. En alguien con Asperger las ondas MU desaparecen sólo cuando él mismo lleva a cabo ese acto; es decir, no entiende las intenciones de los otros.
Este tipo de ondas son importantes para la comunicación. Sin hablar podemos comprender al otro, al observarlo, por su expresión; por eso estos pacientes tienen problemas de tipo social, en la escuela, el trabajo, etcétera.
DIAGNÓSTICO TARDÍO LLEGA A VECES HASTA LOS CUATRO AÑOS
Muchas veces el diagnóstico de este síndrome se conoce después de los cuatro años de edad, cuando los síntomas se vuelven más notables y la familia se da cuenta de que el pequeño no puede comunicarse adecuadamente; no obstante, desde antes es posible detectarlo. “Si la madre nota que el bebé no se comunica por medio de la mirada, la desvía o no reacciona ante ella con una sonrisa, podrían ser señales de que algo no funciona de forma adecuada”.
Entre más temprano se busque la ayuda de un especialista, es mejor porque se empieza de manera oportuna la terapia y se aprovecha la plasticidad cerebral, o sea la capacidad de ese órgano para modificar sus conexiones neuronales y propiciar que las habilidades del pequeño sean más eficientes.
Como parte del tratamiento para este síndrome hay distintos tipos de terapia o estimulación, de acuerdo con los síntomas de cada persona; por eso debe ser individualizada “porque cada paciente es diferente”, asevera.
Además, puede proporcionarse un tratamiento cognitivo conductual para controlar otros problemas del estado de ánimo, como la ansiedad; también prescribir fármacos, “pero hay que tener muchas precauciones porque pueden tener efectos colaterales nocivos. Se debe buscar un balance entre estos y la terapia”.
Recalca la importancia de que los pacientes tengan calidad del sueño y evitar que sea fragmentado. En este sentido, recomendó tener en cuenta las reglas de higiene respectivas: acostarse y levantarse a la misma hora, evitar luz y ruido, tener una temperatura adecuada constante en el lugar donde duermen, no ingerir bebidas excitantes como café y refrescos de cola, etcétera.
“Los que duermen mejor, controlan mejor sus síntomas; los que no lo hacen, presentan problemas de aprendizaje, memoria y se altera su sistema inmunológico”.
El síndrome, aclara el universitario, afecta a los pacientes y a toda la familia y, en particular, a las mamás porque ellas los cuidan y en ocasiones tienen que abandonar sus actividades laborales.
DAR VISIBILIDAD AL ASPERGER
A día de hoy aún existe un significativo desconocimiento, entre los profesionales y la sociedad en general, de las características del síndrome de Asperger. Por todo ello, las familias y las propias personas con Asperger luchan por visibilizar su situación y necesidades.
Este trastorno que afecta al neurodesarrollo implica unos niveles de inteligencia en la media y un buen nivel de lenguaje. Sin embargo, como todos los TEA, cuentan grandes alteraciones en la comunicación y comprensión social. Estas se manifiestan en un comportamiento rígido, unos intereses restringidos y dificultades para comprender las reglas sociales y el lenguaje no formal.
Por lo tanto, el Asperger no es una enfermedad mental ni una discapacidad intelectual. De esta forma, no encaja en las categorías establecidas en la provisión de apoyos para las personas con discapacidad, limitando así muy a menudo el acceso a derechos fundamentales como:
• Derecho a un diagnóstico
• Reconocimiento oficial de su discapacidad y dependencia
• Inclusión laboral en el ámbito público y privado
• Acceso a medidas de apoyo en el ámbito educativo, entre otros
El síndrome de Asperger es una discapacidad fundamentalmente social, puesto que es en este ámbito donde se generan las barreras que provocan que, personas inteligentes y capaces de desarrollar un empleo, se presentan índices de paro superiores al 85% al llegar a la vida adulta. Además, en la mayoría de los casos, escasas perspectivas de alcanzar la independencia de nuestras familias.
En el Día del Síndrome de Asperger se realizan diversas actividades para integrar a las personas que lo viven en la sociedad. Las terapias son muy importantes para ayudar a los niños a manejar sus emociones, comportamientos y obsesiones. Se diferencia del autismo infantil temprano descrito por Kanner y de otras formas menos específicas en que en el trastorno de Asperger no se observa retraso en el desarrollo del lenguaje, y no existe una perturbación clínicamente significativa en su adquisición.
CONMEMORACIÓN DESDE 2007
* El Día Internacional del Síndrome de Asperger se conmemora desde 2007 en la fecha que coincide con el aniversario del nacimiento de Hans Asperger, psiquiatra austriaco que describió por primera vez el trastorno, en 1943.
*Técnicamente el síndrome de Asperger ya no es un diagnóstico por sí solo. Este grupo de problemas de salud mental relacionados comparte algunos síntomas. Aún así, mucha gente todavía usa el término Asperger. Los médicos llaman a este síndrome un tipo de TEA de “alto funcionamiento”. Esto significa que los síntomas son menos graves que otros tipos de trastornos del espectro autista.
*El DSM-5 también incluye un nuevo diagnóstico, llamado trastorno de comunicación social pragmática. Los médicos lo usan para describir a las personas que tienen problemas para hablar y escribir, pero que tienen una inteligencia normal.