Conservar el patrimonio del país requiere uso más eficiente de las nuevas tecnologías

Se efectuó la Jornada Académica “Pensar GLAM. Los retos de la información en Galerías, Bibliotecas, Archivos y Museos”

Ciudad de México.- La inteligencia artificial y su uso como herramienta para la preservación cultural y patrimonial, requiere mayor reflexión y análisis, pues sus sistemas de recolección y almacenamiento de datos han mostrado que pueden generar información sesgada o tendenciosa a través de algoritmos, cuyo aprendizaje sobre su operación representa un gran desafío, consideró el director del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, Pablo Mora Pérez-Tejada.

De ahí que destacara que la conservación del patrimonio histórico y cultural del país demanda del empleo más eficiente de las tecnologías de la información, nuevas herramientas digitales y del trabajo colectivo entre instituciones, añadió.

Durante los trabajos de la Jornada Académica “Pensar GLAM. Los retos de la información en Galerías, Bibliotecas, Archivos y Museos”, organizada por el Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) y la Biblioteca Nacional de México (BNM), a cargo de la UNAM, apuntó que estos foros permiten identificar las áreas de investigación que coinciden en temas como el resguardo digital y la capacidad de analizarlos a través de trabajos colectivos.

Cuando se dice emprender colectivamente hablamos de uno de los aspectos esenciales de Pensar GLAM: trabajar colectivamente y, sobre todo, buscar convergencia en los puntos de información y acceso a esta herencia cultural, refirió.

En el mundo crecen los grandes portales de información que ofrecen recursos culturales que trascienden las disciplinas, lo cual representa, como tarea para el futuro, considerar la ruta crítica que se habrá de enfrentar de manera urgente, dijo.

Mora Pérez–Tejada recordó que las bibliotecas son centros de información por excelencia, que suelen tener bajo su responsabilidad de custodia un gran número de objetos más allá del universo librario: textos de artista, documentos, discos, grabaciones sonoras o video, mapas y planos, fotografías, obra gráfica, pinturas, vitrales, esculturas, inmobiliario, legado vivo de abolengo o tradición de cada institución a través de su historia.

En ese sentido, enumeró algunos de los proyectos en los cuales se trabaja en la Biblioteca Nacional, como el Catálogo Colectivo de Bibliotecas Patrimoniales de México, esfuerzo conjunto con diversas instituciones mexicanas que colectivamente formulan un agregador de recursos para mantener indizado el patrimonio bibliográfico nacional y emprender colectivamente una muestra de recursos culturales.

También el Catálogo Colectivo del Patrimonio Cultural Universitario para publicar y dar a conocer, de manera amplia, el patrimonio que conserva la UNAM.

La Biblioteca Nacional, prosiguió, cuenta con más de 180 colecciones, entre ellas archivos de escritores y de coleccionistas importantes, los cuales se encuentran en un proceso de digitalización apegada a la normatividad y los estándares internacionales aprobados. 

“Dentro de los desafíos que enfrenta una Biblioteca Nacional se encuentra la preservación digital, es decir, que recolección y difusión de su patrimonio y sus colecciones estén armonizados, el acceso abierto y los derechos de propiedad”.

Otro reto, precisó, son las redes de información de patrimonio cultural y su acceso, lo cual representa un trabajo de colaboración colectiva a favor del acceso abierto a la información y al patrimonio cultural, refirió el experto.