Anteponen al dolor el recuerdo del espíritu de lucha de Frida

A menos de un mes de cumplir los 17 años, Frida Maryjose murió a causa del coronavirus.

La familia Mendoza García, aún en duelo por la muerte de su joven hija, ha iniciado actividades de solidaridad con quienes tienen familiares en los hospitales y con el personal médico

Saltillo, Coah.- Parecía tener prisa por vivir, se inclinaba por estudiar Nanotecnología y buscó una carrera que le ofreciera una amplia oportunidad laboral en la región, le entusiasmaba la idea de poder ser parte de un programa intercambio estudiantil y viajar a otro país, para ella dejar de estudiar no era opción. A los 16 años, con mucho esfuerzo y por méritos propios, entró a la Universidad, apoyaba en el negocio familiar de alimentos, aprendió a colocar uñas y ser emprendedora, tras mucho insistir logró el permiso de su mamá para teñirse el cabello de rojo, le encantaba el rock en inglés y bailar, alegre, segura de sí misma y terca así era Frida Maryjose Mendoza García.

Frida murió víctima de covid-19 el miércoles 29 de septiembre de 2021, a nueve días después de que fue diagnosticada, y a tan solo 22 de cumplir sus 17 años.

Vivió a tope, intensamente, nació a los ocho meses de gestación, macrosómica, con principios de hipoglucemia, un peso de 4 kilos y midiendo 55 centímetros; originalmente se llamaría Frida Nadezhda, sin embargo, debido a su condición de salud en el alumbramiento su segundo nombre fue “Maryjose”, contracción de María y José, como una promesa de su mamá para que la entonces bebé mejorara.

“Estoy convencida que el nombre ayuda a definir las personalidades y quería que mi hija fuera una mujer fuerte como Frida Khalo, por eso se conservó el primer nombre” revela Wendy Elena García, su mamá.

En su familia por tradición son católicos, no practicantes pero sí creyentes, así fue por años, sin embargo, hace alrededor de cuatro meses después de una conversación casual con personas que profesan la religión cristiana la joven comenzó a sentir interés por escuchar de Dios, en su momento su mamá lo tomó como algo natural porque quien fuera su mejor amiga practica ese culto y a Frida le atraía ese tipo de veneración, sin embargo, a un mes de distancia de su fallecimiento su mamá ata cabos y está convencida de que nada es casualidad.

Cuando comenzó su cuarentena pidió que oraran por ella y durante camino al hospital cuando su estado de salud se agravó, solicitó y escuchó plegarias por su mejoría en una video llamada.

Wendy destaca que durante todo el proceso de su enfermedad, Frida formó parte de las decisiones que se tomaron y que le afectaban, autorizó ser internada, y durante su estadía y aislamiento en el hospital le permitieron permanecer en contacto vía celular con su familia. Antes de ser intubada, precisamente en uno de sus últimos mensajes confesó tener miedo y cuando su mamá le preguntó cuál era su deseo ella respondió “Ya me quiero ir a casa”, con el paso de los días su madre reflexiona y dice “Hasta ahorita comprendo a qué casa se quería ir, porque no me dijo Quiero ir a mi casa, ven por mí, sácame o ven por mí” su mensaje fue claro y ella no hablaba así, fue clara y dijo que quería irse a casa, ahora sé a cuál”.

Por otro lado, cuando la joven aún estaba con vida, hasta su habitación llegó una persona que ofrece voluntariado en el Hospital General, pudo verla y ser enlace con la familia que estaba inquieta por no tener más noticias de Frida que ya estaba sedada, le habló (segura de que la escuchaba) de que sus seres queridos estaban en el exterior y que le mandaban ánimos, entonces la escuchó suspirar, lo cual asumió era una señal de tranquilidad, momentos más tarde les informaron del deceso de la joven así como que antes de eso, aún estando inconsciente trató de evitar que le suministraran sus medicamentos, lo que representa un caso extraño por el estado en que estaba.

Esto lo toma su mamá como una señal que escapa a lo comprensible, aunado a ello, relata que Jorge, su otro hijo y menor que Frida por 2 años y 8 meses, presentó síntomas que se comenzaron a agravar y arrojaron un diagnóstico de neumonía, se le practicaron tres pruebas con resultados negativos pese a haber convivido directamente con su madre y hermana que sí contrajeron el virus; cuenta que tras la llamada informando sobre la muerte de su hija, Jorge de inmediato tuvo mejoría, se le siguieron administrando los medicamentos pero la tos y fiebre desaparecieron.

Otro hecho que a la madre de familia tiene conmovida es el que días después de que su hija murió se anunció la vacunación para menores de edad con comorbilidad, y de acuerdo al rol por apellidos a Jorge le correspondió precisamente el día del cumpleaños de Frida, el 20 de octubre. “Mi hija sigue haciendo por nosotros ¿qué más señales de que ella quiere que estemos bien? Antes de irse (al hospital) me dijo que tengo que cuidar de él, ya no puedo tener más señales de que ella quiere que su hermano sea grande y profesionista. Sigue protegiéndolo” concluye Wendy Elena.

Frida no era la mejor estudiante, por eso se esforzaba el doble, era tal su compromiso con graduarse que se levantaba a las 5:00 am para elegir su ropa y arreglarse, incluso su último día de clases fue en línea y su mamá la tuvo que desconectar de la sesión porque ella insistía en exponer su material, pero su estado de salud ya era malo. “Tenía mucha ilusión por el regreso a clases presenciales y ahí se contagió porque no hacía otra cosa diferente” afirma su mamá quien agrega “Sé que fue una irresponsabilidad de ella, pero la escuela no tenía las medidas correspondientes, solamente se les ponía gel, sé que son muchachos grandes y se deben de cuidar, pero Frida no tenía acceso a la vacuna por su edad y convivía con gente que tal vez ya podía tenerla, o que anda en fiestas, antros, tenía una compañera de más de 30 años, por ejemplo”.

Su mamá está tranquila porque cada día le dijo cuán orgullosa está de ella y el amor que le tiene, pero hay noches en que prefiere pensar que su hija está en su habitación y por la mañana saldrá nuevamente para comenzar el día “La siento todavía conmigo, observé cada cosa y rasgo de ella antes de irse al hospital, movimientos, cabello, sus manos las tocaba, traté de quedarme con ello, tengo videos, audios, podría pasar todo un día y no sentir que no está”.

Es importante mencionar que durante la enfermedad y convalecencia de Frida, su mamá enfrentaba su propia lucha contra el coronavirus, hubo un momento en el pasar de los días en que su cuerpo se cansó y fue el papá de la joven, Jorge Mendoza Sandoval, quien estuvo haciendo frente a la situación, y pese a que los informes eran pocos y en horarios determinados, se mantuvo todo el tiempo en el exterior del hospital tal y como se lo prometió a su hija, no se movió de ahí hasta que ella saliera, y así fue, estuvo en todo momento, acompañado de la abuela y tías de la menor.

Hoy que Frida se ha ido, su familia decidió emprender distintas acciones en su honor y como una retribución a quienes supieron de la situación que atravesaban y les ayudó con donativos en efectivo, en especie y soporte emocional en Nochebuena en vez de ver reuniones o hacer una, compartirán la cena con familiares de pacientes de hospitales públicos de Saltillo.

Otra actividad que ya está en marcha es la colecta de cubrebocas, gel y medicamentos y demás insumos para entregarlos a personal de salud y voluntarios de hospitales para que los hagan llegar a quienes no pueden protegerse de la pandemia; y a la par de ello arrancó mediante redes sociales una campaña de sensibilización para promover entre los jóvenes el uso del cubrebocas, mantener el distanciamiento social y cuidarse para evitar que haya más casos como el de Frida, de jóvenes que no alcancen a cumplir sus sueños por culpa del covid-19.