Andrés Manuel: La historia no te absolverá

Como en ningún gobierno, la desigualdad social se ha agudizado contigo. Ahí están los resultados del CONEVAL, casi 4 millones más de pobres en solo 2 primeros años de tu gobierno

Haber ordenado reformar 457 artículos de 4 leyes diferentes en una sola noche en el Congreso de la Unión, es una acción grotesca, golpista e injustificable. Tú y quienes te obedecieron, pagarán una factura muy grande ante la historia nacional. 

Esta acción, que en tu púlpito mañanero has llamado “Plan B”, ha concitado el repudio y la movilización de vastos sectores de la población nacional y ha tenido un fuerte impacto internacional.

Acusas y descalificas con todos los adjetivos que se te ocurren a quienes nos movilizamos en contra de esta acción golpista. Gracias por tus poco amables atenciones, pero como tu decías cuando eras oposición, “nos haces lo que el viento a Juárez”

Sabes que estás equivocado, lanzas la injuria, con todo tu coraje para distraer al respetable público. 

Yo no tengo otros datos sino son los datos de una realidad que pretendes ocultar con un discurso hueco, anodino, monocorde y genuflexo.

Esa oligarquía con la que quisiste ligar discursivamente al Ingeniero Cárdenas, son con quienes convives en el palacio nacional. Son esos, a los que les vendes a precio de oro, los “tamales de chipilín”, “a los que les enjaretaste los boletos de la rifa del avión sin avión”, que te sirvió para crear un nuevo pase de charola en “modo 4T”, en lugar de realizar una reforma fiscal integral, que permita reducir los niveles de desigualdad social en el país.

Esa minoría rapaz, a la que acusabas en las plazas públicas, a quienes te dirigías para exacerbar el sentimiento popular, ahora son tus cuadernos, tus compas, tus brothers, tus socios que ahora presumes te llevas con ellos de “piquete de ombligo”. 

Ellos construyen las obras que se te hincharon hacer, sin justificación ni razonamiento alguno de por medio, en las cuales te has gastado lo que te da tu regalada gana en ellas, sin rendirle cuentas a nadie.

Las diez familias más ricas de México, en tu Gobierno “que presumes en el discurso es anti neoliberal”, en estos dos últimos años han tenido, solo de utilidades, más de 60 mil millones de dólares, cantidad equivalente a dos veces los mendrugos que utilizas con propósitos electorales y afirmas repartir a 20 millones de personas.

Como en ningún gobierno, la desigualdad social se ha agudizado contigo. Ahí están los resultados del CONEVAL, casi 4 millones más de pobres en solo 2 primeros años de tu gobierno.

En tu último libro, afirmas que las primeras cuatro familias millonarias, que según tu cuando eras candidato, eran parte de la “mafia del poder” (Slim, Bailleres, Larrea y Salinas Pliego) quienes hicieron sus fortunas gracias a las concesiones que les otorgaron tus antecesores, son hoy para ti, “empresarios respetables e institucionales y respetan la investidura presidencial” y a los otros, a los de menores ingresos los mandas al carajo y los acusas de tener “demasiada carga ideológica. 

Te confieso que me da una profunda tristeza pensar que un tiempo muchos te ubicábamos como el referente de la Izquierda. 

Pensábamos que eras el estadista que el país reclamaba y resultaste una versión chusca de los merolicos cuentachiles callejeros o de feria.

¿Dónde está el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés Larrainzar, en materia de derechos indígenas, a los que te comprometiste a cumplir en campaña?

Con las prerrogativas partidarias y lo que te arrimaban ilegalmente tus gobernantes y tus “raros” aliados, machacaste con tus frases chambonas para el consumo popular. 

“Me canso ganso”, “ni es seguro ni es popular” “voto por voto, casilla por casilla” “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre” “por el bien de todos primero los pobres”, "Una Minoría Rapaz tiene secuestrado al poder” “La venganza no es mi fuerte” 

Estas frases las repetías sin cansancio en plazas públicas, noticieros y entrevistas, ante un pueblo que reclamaba cambios profundos en la relación entre el Gobierno y la sociedad.

Reconozco sin embargo que tú no tienes la culpa, esa es nuestra responsabilidad y la de muchos que te apoyamos, engañados por tu simulación e impostura de falso luchador de izquierda.

Pero te tengo una mala noticia, a ti y a tus testaferros, “la historia no te absolverá”