Afecta discriminación laboral a personas bipolares
- Por: Redacción --
- 29/03/2022 @ 15:12 --
- Especiales
Advierte UNAM que trastorno provoca marginación social y laboral, incluso en las trabajadoras del hogar
Saltillo, Coah.- Para combatir la discriminación, el rechazo por su estigmatización y la marginación social y laboral que produce un diagnóstico de trastorno bipolar, la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, señaló que el próximo 30 de marzo se conmemora a nivel mundial este padecimiento.
Samuel Acosta Galván, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, recordó que el trastorno bipolar es un padecimiento controlable que requiere medicación y tratamiento terapéutico, y precisó que causa la alternancia entre episodios maníacos y depresivos, situación que es controlable.
“En los periodos de depresión las personas se muestran decaídas y pierden interés por lo laboral, escolar, familiar, social, sexual. (…) Es controlable, pero requiere medicación y tratamiento terapéutico por varios años, que permite a las personas ser funcionales, sentirse felices en su entorno y convivir de manera adecuada”, agrega el especialista.
“Hay un deterioro generalizado y esto se extiende durante dos o tres años, de ahí la dificultad de diagnosticarlo. Luego, se pasa a estados de mucha agitación, donde pareciera que hay una confianza plena de la persona en que puede realizar cualquier actividad, sin encontrar dificultades”, detalla el doctorando del área de Psicología y Salud de la Máxima Casa de Estudios.
El investigador también advierte que si hay una mayor presencia de periodos maniacos, se trata de trastorno bipolar tipo 1; en cambio, al haber más lapsos depresivos, es del tipo 2, mientras que el diagnóstico suele darse al final de la adolescencia y principios de la edad adulta, entre los 15 y los 25 años.
Acosta Galván señaló que 3 por ciento de la población a nivel mundial, lo padece, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, a la par de que destacó que la OMS conmemora el 30 de marzo por ser el natalicio del pintor Vincent Van Gogh, quien fue diagnosticado con ese padecimiento.
Difícil detección por estigma
El especialista señaló que quienes lo padecen deben buscar ayuda de psiquiatras y psicólogos para que el diagnóstico sea confiable y se atienda para lograr estabilizar la situación, ya que este trastorno ocurre por desregulaciones de neurotransmisores con los cuales el cerebro se comunica, por lo que al estar desbalanceados generan variaciones de estados de ánimo, “que pueden ser notorios para las personas que rodean a quienes tienen este trastorno”, indica.
“Más que pensar en un posible trastorno bipolar, se dice que una persona es aventurada. Por ejemplo, si tiene varios accidentes, se dice que es un hombre que se arriesga, pero probablemente tiene una desregulación neuronal que lo lleva a ponerse en situaciones constantes de riesgo”, argumenta.
Acosta Galván explica que los psiquiatras pueden ayudar en el aspecto relacionado con medicamentos para estabilizar el estado de ánimo; y los psicólogos mediante terapias conductuales que permitan a los pacientes encontrar formas de relacionarse con el mundo externo y desempeñar sus actividades cotidianas en la sociedad.
También advierte que en el caso de las mujeres, se espera que sean tranquilas y no den problemas, y su trastorno puede pasar inadvertido ante su familia y/o en la escuela.
“En ellas hay mayor solicitud de consulta cuando son adultas porque hay más síntomas relacionados con depresión. Así vemos como las normas culturales afectan a ambos: mientras que en los hombres pareciera que lo normal es la manía; en las mujeres se creería que lo normal es la depresión”, detalla.
Sin embargo, el doctorando de la UNAM lamenta que desafortunadamente, la detección se dificulta porque sigue existiendo estigma sobre las enfermedades mentales en el país. Además, afectan cuestiones culturales como que a los hombres se les atribuya ser impulsivos al tomar decisiones, ser arrebatados, situación que también da pie a otros rasgos de exclusión social o discriminación el entorno laboral, ya que el estigma sobre las enfermedades mentales permea en el manejo de recursos humanos por parte de las empresas.
‘Ellas también tienen derechos’
La discriminación laboral por el trastorno bipolar permea en todas las áreas de trabajo, incluso en quienes son trabajadoras del hogar o domésticas. Fiorella Mancini, doctora en sociología e investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM señala que en esta situación en específico la discriminación aumenta, en especial ante la falta de protección de sus derechos laborales, que también se conmemoran el 30 de marzo.
Mancini reconoce que el porcentaje de empleadas del hogar remuneradas es alto: “entre un 5 y un 10 por ciento de las mujeres que trabajan en México se dedican a hacer trabajo de hogar”, mientras que en México hay aproximadamente 2 millones y medio de ellas; más de 95 por ciento carece de acceso a servicios de salud; 80 por ciento no tiene prestaciones laborales; 46 por ciento (casi la mitad) no recibe aguinaldo, vacaciones ni horario fijo; obtienen salarios bajos, tienen jornadas largas y sus condiciones laborales son profundamente precarias e informales.
A lo anterior se suma que aún padecen discriminación, clasismo y marginación social, reconoce la socióloga, quien considera que para este sector se requieren mejores políticas públicas donde la regulación se cumpla.
Debido a que son un sector desprotegido, en 2018 la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación aprobó el proyecto del ministro Alberto Pérez Dayán del amparo directo 9/2018, determinando que es inconstitucional que los patrones no estén obligados a inscribir a las empleadas domésticas ante el IMSS, lo cual establece que las trabajadoras domésticas tienen derecho a la Seguridad Social, y por tanto, a una atención de su salud física y mental.
A partir de esa decisión, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, mediante la Unidad de Trabajo Digno, vigila que se cumpla la normatividad y se les asegure la incorporación a la seguridad social, con el fin de proteger sus derechos humanos laborales para lograr un impacto en su bienestar, de sus familias y comunidad, a la par de impulsar que los empleadores cumplan obligaciones como su inscripción al Instituto Mexicano del Seguro Social, pago de aguinaldo y respeto a las horas de trabajo, entre otras prestaciones.
“Necesitamos que haya incentivos para que las patronas las inscriban en la seguridad social y sanciones en caso de que no lo hagan; también pensión para que puedan jubilarse y acceso al INFONAVIT, a fin de que tengan vivienda”, concluye.
Sin embargo, la especialista advierte que se requiere que además de la supervisión, que en diversas ocasiones no es efectiva, haya sanciones para los empleadores (generalmente otras mujeres) que no cumplan con estas obligaciones, como sucede en Argentina, Uruguay y Costa Rica, donde este sector cuenta con derechos protegidos y un trabajo más digno.
A Detalle
*La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2018 del INEGI registra que 2.4 millones de personas son trabajador/as en el hogar de manera remunerada, prácticamente 5 por ciento de la población ocupada hoy en México; 95 por ciento son mujeres.
*De ellas, 85.8 por ciento realizan tareas de limpieza en casas particulares, 8.2 son cuidadoras de personas y 5 por ciento lavanderas y/o planchadoras en particulares. Un tercio empezaron a laborar siendo niñas, 95 por ciento carece de servicios de salud y 80 por ciento no cuenta con prestaciones.